Según la
tradición más antigua Partolón fue el jefe de la primera raza de humanos que
desembarcó en Irlanda, durante las fiestas dedicadas a Beltené, dios de la
Muerte, primer antepasado del hombre. Partolón llegó a Irlanda para cumplir con
el castigo que le habían impuesto tras asesinar a sus progenitores, la única
manera de expiar el crimen era el exilio. Su destierro no fue pena suficiente
para redimir tal crimen, y para satisfacer la venganza divina, todos sus
descendientes que habían alcanzado el número de cinco mil (mil hombres y cuatro
mil mujeres), fueron víctimas de una enfermedad mortal, la peste.
La peste se
extendió como un reguero entre todos los descendientes de Partolón y en el
plazo de una semana, la transcurrida entre el uno y el siete de mayo, todos
habían perecido, salvo uno, Tuan Mac Cairril. La muerte de los habitantes de
Irlanda se produjo en la llanura de Sen Mag o «vieja llanura», la única que
existía en Irlanda, la decisión de encontrarse allí la tomaron para facilitar
que los supervivientes pudieran ir enterrando a los que iban
pereciendo.
Con la
llegada de las tradiciones cristianas, el origen pagano de Partolón se cambió,
buscándole antepasados bíblicos así, Jafet hijo de Noé, fue padre de Comer y de
Magog, uno de estos hijos, Magog para unos y para otros Gomer, engendró a Balth,
quien a su vez fue el progenitor de Fenius. Este, también llamado Fené, es uno
de los antepasados míticos más célebres de la raza irlandesa, y fue uno de los
setenta jefes que edificaron la torre de Babel. La dinastía seguía de la
siguiente manera, uno de sus hijos, Nel, se desposó con la hija del faraón:
Scota (de ahí proviene el nombre de scots con que se conoce a la raza
irlandesa). Scota dio a luz a Goidel Glas que fue padre de Esru, contemporáneo
de Moisés, y entre los muchos hijos de Esru, estaba Sera que se convertiría en
el padre de Partolón.
La saga de
Partolón aparece en la primera lista de historias épicas de Irlanda, del año 700
a. de C. Según esta relación el héroe hizo su aparición en Irlanda durante el
III milenio a. de C. Mientras vivieron en Irlanda, entablaron una guerra con los
fomoireos, dioses de la Muerte, enfrentándose a ellos en la batalla de Mag
Itha.
Partolón tuvo
de su esposa tres hijos: Fer, Fergnia y Rudraige; y dos hijas: Iain y Ain. Fer
se casó con Ain y Fergnia con Iain, estos matrimonios entre hermanos eran
bastante frecuentes al considerarse una transacción comercial. Las mujeres se
vendían y en el primer matrimonio, el precio de la operación pertenecía
íntegramente al padre, en caso de que éste hubiera fallecido, una mitad era para
el miembro de la familia que hubiese recibido la herencia del padre y fuese el
jefe de la familia, y la otra mitad para la mujer que se casaba.
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