El Regalo de Pandora: Aferrándote a la Esperanza en Medio de la Tormenta.
Uno de los mitos más antiguos de la civilización occidental es el de Pandora,
proveniente de la cultura griega. Va más o menos así: después que Prometeo diera
el fuego a los hombres (tanto el físico como el intelectual), Zeus comenzó a
preocuparse, pensando que los hombres pudieran eventualmente tratar de
deshacerse de los dioses. Así que para debilitarlos creo a una mujer (como
vemos, la misoginia es de vieja data) llamada Pandora. Con la ayuda de los otros
dioses, Pandora resulto ser una criatura hermosa, atractiva, inteligente,
compasiva…y muy curiosa. Antes de bajarla a la tierra, Zeus le dio una caja, con
la advertencia de no abrirla.
Pandora bajó a la tierra, conoció a un hombre, se casaron y fueron felices.
Pero esa curiosidad no le daba paz a Pandora. Ella en verdad quería saber lo que
había en la caja y un día la abrió. Todas las cosas negativas que asociamos con
la vida salieron en un instante: enfermedad, odio, guerra, hambruna.
Aterrorizada, Pandora cerró la caja. Entonces escucho una gentil y suave voz que
le dijo: “por favor, déjame salir.” “No, no puedo dejar salir más cosas
horribles,” dijo Pandora. “Yo soy lo única que permitirá a la humanidad
enfrentar y superar esos males que han escapado de aquí.” Pandora abrió la caja
y de ella salió una hermosa criatura alada. “¿Quién eres?” “Soy la
Esperanza.”
Esta época del año es, o debería ser, una de esperanza. En nuestra cultura,
las fiestas decembrinas nos abren a la reflexión y la posibilidad de mejores
futuros, ya sea gracias a la imagen del nene en el pesebre o el generoso hombre
del norte que vuela con renos. Quizás deberíamos también recordar a Pandora en
estas fechas.
Entonces para estas fiestas, les invito a que se hagan el mayor de los
regalos a ustedes mismos, a sus familias y amigos: aférrense a la esperanza.
Cultívenla como una orquídea: con paciencia, trabajo y amor. No reposten
mensajes negativos; no sientan que encontrar soluciones creativas a problemas
como la escasez es igual a rendirse o resignarse. Únanse en grupos familiares
y/o comunitarios para apoyarse mutuamente. Encuentren la alegría en lo grande y
en lo chico.
Por estas fiestas, saquen del vocabulario el “pero” o cualquier palabra que
suena a excusa, que indique conflicto. Los problemas los conocemos de sobra:
enfoquémonos en las soluciones que están en nuestras manos y en las actitudes
que nos ayudarán a sobrellevar lo que no podemos controlar. Si, el 2015 será un
año difícil. La pregunta es, ¿cómo podemos hacérnoslos un poquito más fácil, un
poquito más amable, un poquito más hermoso y amoroso? ¿Dónde podemos encontrar
la inspiración, sabiduría y creatividad para quizás no solo sobrevivirlo, si no
progresar, de alguna manera? ¿Cómo podemos ser una luz, aunque sea de fosforito,
para el mundo y nosotros mismos?
Ya sea que te veas en situación de guerra, desastre o transición, la verdad
más verdadera de este momento es que, con esperanzas tienes oportunidad de
lograr algo. Sin esperanza, ten por seguro que no lograrás nada. Así que
pónganse los lentes del optimismo; los lentes del héroe pasando por el capítulo
obscuro de la aventura y atrévanse a vivir contra corriente, en la esperanza de
un mañana major.
Este belo texto me foi enviado por Kassandra Orama.
Obrigada minha irmãzinha de alma.
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