“SOIS CUERDAS DE LUZ EN LA GRAN TELARAÑA
COSMICA”
Es bien sabido en el mundo de la energía que
algunas de ellas se complementan y otras se repelen (estadio de la
dualidad).
Las frecuencias densas (a las que algunos
llaman “energía negativa”), es esa frecuencia que cuando es emanada genera
pesadez, baja de vitalidad, exitación o aceleración del sistema nervioso; el
sistema emocional las traduce o evoca como tristeza, irritabilidad, euforia,
contradicción, etc.
Estas frecuencias densas suelen relacionarse
con frecuencias similares (Ley de Resonancia y sincronía), es por ello que en el
caso de las inter-relaciones humanas, las personas “negativas” (sin que esto
signifique ser mejor o peor, recordemos que esa es una escala de juicio y que
estamos hablando de cualidades de la energía sin que esto nos lleve al
pensamiento dual); estas personas densas se sienten a tono o cómodas con
personas que manejan el mismo estado frecuencial (no es conductual, la psiquis
no registra estas distinciones o variaciones en la energía a menos que la visión
de la realidad se salga del punto de encaje o realidad única del sistema mental,
generados por los procesos que han programado a la humanidad como mente
colectiva).
Con las frecuencias más sutiles (ligeras) la
energía puede comportarse según la experiencia que he tenido; relacionándome con
ella de diversas maneras, pero dos de las más comunes son:
1) Que la frecuencia densa transmute la
sutilidad a una energía más densa (esto lo podemos sentir cuando pasamos de
estar plenos, felices, en paz con nosotros mismos y de repente una conversación,
un suceso,una persona o una situación nos lleva a un estado de miedo, rabia,
confusión, etc). Esto sucede porque el individuo se identifica desde su “Yo
personal” con un registro emotivo que generado por la simbiosis con la situación
o persona; activa su “Yo mental” de programas archivados en los que ha habido
sensación de dolor o sufrimiento y así se identifica llevando la frecuencia
sutil a un estado más denso eso si, necesario para la reflexión y siguiente
liberación (no es conveniente alimentar estas energías mentales para no alimetar
la “ilusión” o juego de la dualidad pero si aceptarlas como estados prácticos en
los que podemos observar nuestras pantallas mentales)
2) La otra y más conveniente es que las
personas que están situadas y se relacionan con energías más sutiles busquen
situarse en el estadio “neutro”, ese vacío del que hablan los yoguis, el vacío
hogar de la divinidad, lo que Eckhart Tolle escribe en su libro “El poder del
Ahora” que no es más que la presencia Absoluta que nos convierte en
emisores-receptores del Ahora como único y posible momento entrando así en el
portal atemporal y por lo tanto “eterno” de la Trascendencia.
Y así desde ese lugar no interactuar con los
otros desde el juego Dual Mente-Emoción, sino más bien anclarse en ese estado
esencial de la frecuencia del Espíritu, permitiéndonos un estado cada vez más
estable. de mayor foco y determinación, fortaleza y sobretodo amor por todo lo
que comprendemos y liberamos, entendiendo que el amor no es más que la rendición
absoluta a nuestra propia comprensión-experiencia de la realidad
multidimensional en donde cada creación o manifestación de las formas acá en el
plano de la materia tiene su propósito, su intención de Ser, su lugar e íntimo
acuerdo personal espiritual.
Para ello tenemos que ser veracez y
disciplinados con nosotros mismos, en este acuerdo que ya hemos sostenido como
Consciencia de Dios antes de encarnar en cualquiera de los planos
multidimensionales. Memoria esencial
Transmutar los estados de resistencia y
violencia engendrados por el Ego, transmutar este juego de la dualidad que hemos
re-creado la humanidad.
En comprensión, sabiduría divina, madurez
espiritual que se asume como elemento sagrado de toda esta red Despierta y
consciente de si misma. Ya es Tiempo AHORA.
Autor : Lirio Martín
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